¡NO MÁS PLAGUICIDAS!

Necesitamos a abejas, abejorros y muchos otros polinizadores. Y ahora ellos nos necesitan a nosotros. 

La pérdida de biodiversidad en nuestros campos amenaza directamente nuestra seguridad alimentaria, es decir, elegir entre primaveras ruidosas con zumbidos, trinos y croares o las primaveras silenciosas a las que nos encaminamos determinará nuestra propia supervivencia.

Sin insectos no habrá chocolate, café o almendras entre muchísimos más alimentos amenazados. Imagina un futuro de despensas vacías: ya que 8 de cada 10 cultivos y 9 de cada 10 plantas a nivel mundial dependen de los polinizadores, una fauna acorralada a tal extremo que hasta un tercio está en peligro de extinción. Y una de las principales causas es la intensificación de la agricultura y el uso masivo de químicos, como plaguicidas y fertilizantes. 

Algo de vital importancia en nuestro país, ya que cuenta con casi la mitad de su territorio dedicado a la agricultura y de ésta el 80% (18 millones de hectáreas) está amenazado por contaminación de plaguicidas. Esto  se detecta incluso en espacios protegidos como los Parques Nacionales. 

Y no solo hablamos de alimentación y economía, también de salud pública, ya que la ciencia lleva décadas relacionando estos compuestos con un mayor riesgo de padecer diabetes, trastornos reproductivos y respiratorios, disfunciones neurológicas o cáncer. 

Actualmente la concentración de estos agrotóxicos está por encima de los límites permitidos para el consumo humano en el 30% de las estaciones de control de aguas superficiales de nuestro territorio (datos del MITECO de 2022). Y aún más preocupante es que se haya detectado en la orina de los niños y niñas españolas presencia de pesticidas prohibidos.

EL MOMENTO DE DEVOLVER LA VIDA A NUESTROS CAMPOS ES AHORA

Tenemos la oportunidad de poner freno a esta amenaza que está acabando con el canto de las aves o el zumbar de las abejas y asegurar nuestra capacidad de producir alimentos.

Desde WWF pedimos un Plan de Acción Nacional para el Uso Sostenible de los Productos Fitosanitarios (PAN) que recoja los objetivos de reducir usos y riesgos globales de los plaguicidas químicos en un 50%, así como el empleo de los más peligrosos a la mitad de aquí a 2030, como propone la Unión Europea.

¿QUÉ PODEMOS HACER EN LA LUCHA CONTRA EL ABUSO DE PLAGUICIDAS?

Desde WWF España pedimos al Gobierno de España que asuma como prioridad ambiental y de salud pública la protección frente al impacto de los plaguicidas, a la altura de la problemática, como las marcadas por Europa. Porque devolver la vida a nuestros campos beneficia a toda la sociedad, desde quienes producen hasta quienes consumen los alimentos. 

Este nuevo del Plan debe:

• Incorporar objetivos vinculantes, ambiciosos y medibles de reducción cuantitativa y cualitativa del uso e impacto real de plaguicidas ya en el período 2024-2029.
• Prohibir de manera fulminante el uso de los pesticidas de mayor peligrosidad.
• Asegurar su aplicación inmediata en zonas altamente contaminadas, donde el impacto sobre los ecosistemas y la salud humana ya es una emergencia, como el Mar Menor y Doñana. 
• Vetar el uso de plaguicidas en zonas públicas, especialmente en aquellas especialmente sensibles, como parques y jardines, entornos de colegios, hospitales o residencias de personas mayores. 
• Evitar su empleo en el mantenimiento de vías de tren, arcenes de carreteras, etc. En todos estos casos, los herbicidas a base de glifosato no pueden estar autorizados.
• Recuperar los sistemas públicos de asesoramiento, formación y acompañamiento, como apoyo a las personas que trabajan en el sector agrario, para una agricultura libre de plaguicidas de síntesis. 
• Mejorar la calidad y transparencia de los datos disponibles sobre ventas de plaguicidas, evitando el “secreto estadístico”. 
• Apoyar la agricultura local y agroecológica además del consumo de alimentos ecológicos. 

Y más allá de este plan estatal, el Gobierno de España debe defender en la Unión Europea el que se recupere el rumbo de la transición agroecológica y poner sobre la mesa una normativa ambiciosa sobre plaguicidas, que sea ejemplo a nivel mundial. Y exigir también las mismas normas de juego en los mercados globales, para cuidar la salud de las personas productoras y los ecosistemas dentro y fuera de las fronteras europeas. 

Solo tú puedes ayudarnos a garantizar un futuro con vida y salud en nuestros campos para las personas y la naturaleza. 

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